Y DESPUÉS DE TODO…AQUÍ ESTOY

Hace mucho tiempo que tengo una lesión de corazón, me la detectaron con 14 años, después de acribillarme  a benzetacil por un reumatismo infantil .

Me quedó  de secuela un soplo al corazón , pero los médicos aconsejaron a mis padres que me dejaran hacer vida normal, lo único que hacía era cuidar la alimentación. 

El primer susto, vino con la llegada de mi hijo (me dio  un paro cardiaco) pero después viví  mi vida sin problemas. 

El segundo embarazo fue de una vigilancia extrema.

A partir de ahí, me aconsejaron operación  y no tener más hijos.

En estos años me han hecho una reparación de la válvula mitral por cateterismo, hasta que llegó el momento que la lesión empeoró. Me daba muchísimo miedo enfrentarme a una operación  tan complicada, ya no era solo la válvula mitral, también estaba la tricúspide y la aórtica, y alguna cosita más. Pero no había otra opción  que pasar por ello si quería ganar calidad de vida.

Me empecé a mentalizar y a su vez mentalizar a mis hijos para lo que venía, les dije que iba a pasar «un trance» en el que creían que iba a morir, pero que la carta astral de hace años decía que no iba a ser así. Así se lo solté a mi hija la noche antes de la operación. 

Cuando me bajaron a quirófano parecía que había una fiesta. Hablaban  del invitado estelar que no era otro que el cirujano que me iba a operar. 

Entré a las 7,30 de la mañana…salí a las 3 de la tarde.

Lo próximo que sucedió es que estaba en  la UCI 

Una enfermera me estaba limpiando el betadine que tenía por todo el cuerpo, y a su vez echaba pestes «porque  estaba muy manchada»

Cuando me fue a sujetar el cable del oxígeno con un esparadrapo en el cuello, le dije que no hacía falta, que no me lo iba a quitar, y se enzarzó en una discusión absurda conmigo…Lo que yo no sabía es que lo tenía que sujetar para que no se enredarse con todos los cables que tenía  en cada una de las dos vías que tenía en el cuello.

Ahí empecé a concienciarme de la magnitud  de la operación, 4 vías (2 en el cuello, y 2 en las  manos)  me parecía  «mucha tela»

Cuando me visitaron mis hijos tuve más datos. Al salir de quirófano «me quise ir»…me quise arrancar todos los cables, decía mi hija. También me dijo que tuvo «que reanimar» a mi hijo (se desmayó)

…pensé que tenía que reaccionar, no podía permitir que sufrieran de verme desvalida. Les pedí que me llevaran mis yerbas, el ungüento  y el ceregumil. 

No comía nada, no tenia apetito, no podía. Mis esfuerzos eran en vano, me quedaba dormida con la comida en la cama. Me llamaban «la bella durmiente»(les oía)

Quería andar pero no podía por la de cables que me sujetaban a las máquinas que tenía en la cabecera, un movimiento en falso me podía ahorcar…Me limitaba a estar en un sillón presentable para las visitas (después de meterme calmantes y más calmantes) 

El cirujano les informó que estaba muy débil y que me pondrían sangre. También me suministrarían durante 3 días cortisona porque el corazón estaba  inflamado y no latía por sí mismo si no era con la ayuda del marcapasos. Y lo peor que me podía pasar era que me tuvieran que incrustar el marcapasos de por vida.

El tercer día del tratamiento hicieron el intento de quitar el marcapasos y no  pudo ser. Perdía pulso y consciencia. Entre que «me iba y venía» me iba montando mi película. Desde donde estaba controlaba todo lo que pasaba a mi alrededor. Alguna doctora me dijo «tu controlas todo, las medicinas  que tomas  y las que no tomas»

A mi derecha estaba un Magistrado del Tribunal Supremo, que se quejaba como yo los primeros días y sufría por el trato de algun@s . No se puede ser tan brusc@  y déspota con un recién operado (pienso) Ahí vi que estábamos a merced  de la buena gente que siempre  hay.

Esa tarde apareció Javi, mi enfermero de turno, y me reí y se rió  lo que no está escrito.

Había un paciente que no hablaba, había que usar la mímica, y como veía que no le entendían le decía que me pusiera la cama enfrente y yo traducía…jajajaja! (no quiso)

También quería que me leyese el evangelio porque ese día no había ido a visitarme  el cura, y me decía que él  era ateo y que nanai, y que  me preparase para que me incrustaran el marcapasos. 

A la mañana  siguiente  me desperté  muy optimista. Pedí que me abanicaran con mi Santo (el libro de las fiestas que habían llevado) Ese día se obró  «el milagro » y el corazón  empezó  a latir por sí mismo y me subían a planta.

Ya en planta era otro tema, en la UCI  había estado muy mimada  y en la habitación pretendían que me duchase yo sola, cuando  me mareaba…Menos mal que siempre aparecen los ángeles de la guarda que te ayudan a lidiar con cualquier contratiempo que se cruce en tu camino.

Salí de la habitación  de la mano de mis hijos como cuando eran pequeños. Pero esta vez a la inversa, la mano me la daban ellos a mí.

La recuperación  ha sido más rápida  de lo esperado. Mis hijos han sido y son el motor de mi vida. 

TENÍA QUE LUCHAR POR DEVOLVERLES LA LIBERTAD!😍

Asher2